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13 agosto, 2025

Carlitos Balá y la polémica por el flequillo: Los Beatles se copiaron de él?

Carlitos Balá, de quien este miércoles 13 de agosto se cumple el centenario de su nacimiento, nos recibió alguna vez en un piso de Recoleta con vistas largas sobre la ciudad. “A mí siempre me pareció una falta de respeto que un extra llegara tarde. Yo siempre fui muy cumplidor”. Uno querrá explicarle que fue el taxi y Carlitos dirá “no” con la cabeza. Le contás que el centro está muy congestionado. “Si me decían que en el canal había que estar a las ocho, a las ocho”.

Después de esto, aparece la distancia y desaparece automáticamente el tuteo. Recién ahí entendimos eso que decía cuando cantaba “más rápido que un bombero, siempre llego yo primero”.

A la pregunta sobre el humor de Capusotto, responderá con mala onda: “No hay sketches, ya no interesa el sketch y ni siquiera se esfuerzan por imponerlo. Capusotto es un estilo. En el humor, él tiene su estilo, y yo tengo el mío. Cuando me llaman, yo no te hago de Francisco. Yo soy Balá. Para hacer de Francisco que llamen a cualquier otro”.

Alejado de la tele hablamos de los “problemas para el género” y otros nombres que cayeron en desgracia fueron los de Caramelito y Panam. “Lo de ellas es el trabajo de una maestra jardinera. “¡Y ahora vamos a cantar!”, dicen, “¡y ahora vamos todos a cantar!””. Rezongaba lerdo: “Falta un Petronilo, un Angueto y todas esas cosas que yo inventaba”.

Habiendo dejado atrás el inconveniente horario y la falta de puntualidad, ya con otro tono, invitó un café y “¡vení, vení!”, nos hizo pasar a su oficina, una habitación luminosa de líneas duras y bibliotecas emparchadas con volúmenes dignos de una escribanía. Si no fuera por la presencia insoslayable del Chupetómetro, un cuarto ideal para tramitar poderes y certificaciones.

Entonces, Carlitos agarró su laptop, fue a YouTube y escribió Bizarren Miusik Parti. “Esto de Internet me lo enseñaron mis nietos. Mirá, querido, ¡una cosa de locos! -el videíto avanza-. Actúo en esas fiestas a las dos de la mañana, eso es lo malo, pero la satisfacción que siento es enorme. Lamentablemente, hay varias generaciones que no conocieron a mis personajes, por eso voy a los boliches. Allí está mi público, los muchachos que fueron chicos hace muchos años. Gracias a ellos me doy cuenta de que estoy cosechando lo que sembré”.

Carlitos Balá usaba su look de flequillo desde el año ’55. Foto: Archivo Clarín

Después contó, volviendo al tono severo, que él no es de golpear puertas. “Hay que tener un poquito de dignidad. Aparte, soy de Leo. A Leo no le gusta que lo humillen. Es una pavada, quizás, pero no para mí: hoy vos podés putear a la madre de alguien y al otro ya está, no le va ni le viene”.

El bendito flequillo

Esa tarde de 2016 Carlitos estaba en llamas y, cada tanto, apuntaba a los directivos de los canales. Se lo escuchaba duro y reflexivo. Para distenderse un poco quiso saber si conocíamos “el cuento de la heladería” y ahí nomás se mandó con un chiste verde, tan verde, que no se lo bancaría ni el propio Jorge Corona.

“Me cepillo el flequillo cien veces por día”, había dicho. Indagamos sobre la historia del pelo que Balá convirtió en símbolo distintivo de su personaje. Ese cabello perfectamente cortado que marcó generaciones desde su identidad visual. Cómo y cuándo había decidido dejárselo y si él había copiado a los Beatles o si los Beatles lo habían copiado a él.

Cuatro flequilludos. Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr y John Lennon, Los Beatles.

-¿Cuesta mantenerlo?

-Yo le digo a mi peluquero que en los laterales tiene que cortar en diagonal. Pero el flequillo me lo corto solo, y cuando vos te vayas, me lo voy a peinar así (y lo tira para un costado).

-El que está envejeciendo parecido a vos es Paul McCartney, ¿notaste?

-Hay un estilo, es cierto, pero yo tengo el flequillo antes que Los Beatles. Desde el ’55 lo uso. Cuando voy a la peluquería digo: “Córtenme onda Balá”.

-¿Los Beatles te robaron el look?

-¡No! No deben saber ni quién soy.

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