La nueva política monetaria del Gobierno para “secar la plaza” de pesos y mantener constante la cantidad de dinero que hay en la economía persigue como objetivo eliminar la inflación, un fenómeno exclusivamente monetario según la convicción oficial. Sin más pesos nuevos, no habría inflación, sino apenas reacomodamiento de precios relativos.
En un mercado donde se controla la cantidad de pesos, no se puede manejar a la vez la tasas de interés, que “flota como el dólar”, remarcó en un streaming el secretario de Finanzas, Pablo Quirno. Típicamente, la tasa de interés refleja la liquidez: cuando hay pesos sobrantes la tasa es baja, porque cuesta poco conseguirlos; cuando hay poca moneda, como ahora, la tasa se encarece.
La estrategia elegida provocó ruidos en las últimas semanas, con tasas de interés que llegaron al 80% y que generan un encarecimiento del crédito, un enfriamiento del consumo y la actividad, eventuales riesgos en el empleo y un posible salto fuerte en la morosidad.
El fondo del plan del ministro de Economía, Luis Caputo, es que no haya un peso más en la calle por la inflación y también para evitar que se vaya al dólar como cobertura en los meses previos a las elecciones.
Por eso, Caputo dijo esta semana que van a suspender al menos hasta octubre la compra de dólares del Tesoro al Banco Central, que venía haciendo mediante “block trades” -bloques- y que empujaron al alza al tipo de cambio. Sin acumulación de reservas ni de divisas, se demora la garantía de repago de la deuda en 2026, de lo que depende el riesgo país.
Por otro lado, el Gobierno forzó a los bancos a dejar inmovilizados el 50% de sus pesos mediante encajes como una medida para restringir más la circulación de dinero.
El economista Carlos Melconian opinó en Radio Con Vos que la estrategia del Gobierno para llegar competitivo a las elecciones de octubre “va a tener un costo en el crédito y en la actividad económica”. Y remarcó que hay emisión monetaria, que “no tiene origen en el déficit fiscal”.
“Hubo emisión monetaria porque no se logró refinanciar toda la deuda, y cuando los bancos daban crédito a distintos sectores de la economía. Pero con estas tasas no va a haber crédito“, sumó Melconian.
El ejecutivo de un banco, con experiencia de años en manejar la liquidez, explicó a Clarín que “el nivel de tasa de interés tiene que ver con el famoso ‘no hay plata’, y hubo un manejo imprudente en la salida de las Letras Fiscales (LEFI), sumado a un desconocimiento de las autoridades de cómo se maneja la liquidez de un banco”.
“Si suben los encajes hay que poner más pesos aún en el BCRA, faltan cada vez más pesos en el mercado y por eso trepa más la tasa. El Banco Central buscó absorber pesos después de que solo hubiera un 61% de renovación en la licitación de deuda del Tesoro el miércoles pasado. Con todo, va a faltar capacidad para prestar dinero”, siguió.
Y concluyó: “Va a crecer la morosidad y se resiente la cadena de pagos. Pero vale aclarar que las tasas que subieron son las de corto plazo, mientras que las de mayor duración lo hicieron más levemente. Hubo empresas de primer nivel que llegaron a pagar 130% nominal anual por el fin de semana, pero no se paga eso en el mediano plazo porque es insostenible. Si una persona o empresa toma deuda a estas tasas genera muchas dudas de que la pueda pagar”.
Para algunas consultoras, el Gobierno va a absorber los pesos que no pueda colocar de acá a octubre. “Caputo explicitó que el Punto Anker no corre más y que va a esterilizar cualquier excedente de pesos que se registre de acá en adelante. Las condiciones financieras restrictivas van a permanecer hasta las elecciones”, dijo Sebastián Menescaldi, director adjunto de EcoGo.
En la city no creen que los problemas para renovar deuda sean por motivos electorales, sino porque el gobierno subió los encajes a los bancos para sostener el dólar abajo de $ 1.400. “La suba de encajes es una medida antipática”, dijeron en un banco extranjero. “Están escondiendo la verdadera razón, que es que no quieren que el tipo de cambio remonte y quieren que escupan los dólares”, dijo un analista.
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