El nombre de Pampita sacudió el mundo del espectáculo durante la jornada de este lunes, aunque ahora, lejos de lo mediático, la cuestión apunta a un costado más íntimo. Su casa en Barrio Parque fue saqueada mientras ella se encontraba en el exterior por compromisos laborales, y lo que al principio se conoció como un robo millonario pronto tomó una dimensión mucho más dolorosa.
Los delincuentes no solo se llevaron dinero y objetos de valor guardados en una caja fuerte, sino también dispositivos electrónicos que contenían recuerdos irremplazables para Pampita: fotos y videos de su hija Blanca, fallecida en 2012. Frente a esa pérdida, la modelo no dudó en ofrecer una recompensa para recuperar lo único que realmente le importaba de todo lo sustraído.
En diálogo con DDM, el programa de Mariana Fabbiani por América, Fernando Burlando, su abogado, reveló los primeros avances en la investigación. “Yo le toqué el timbre a todos los vecinos. Lo que conseguimos es determinar vehículos, patentes y rostros”, explicó, dejando en claro que las cámaras de seguridad de la zona resultaron claves.
Según relató, la búsqueda ya avanza en otra dirección: “A partir de ahí, empieza otra investigación: seguir el auto con las cámaras de la Ciudad para ver hacia dónde fue y con quién se encontró. En este auto, donde había siete monos arriba, no estaba solo”. Un dato que grafica la violencia y la magnitud del golpe que sufrió Pampita en su casa.
FERNANDO BURLANDO DIO DETALLES DE LAS CÁMARAS DE SEGURIDAD DEL ROBO A PAMPITA
Burlando explicó también que accedieron a las cámaras del momento justo del robo. “El robo habría sido del viernes al sábado. A las cuatro de la mañana se fueron. Eso para que sepan los malhechores que los tenemos. Tenemos imágenes. Se taparon, usaron viseras y capuchas. Estaban todos así. Eran jóvenes en su mayoría. Seis o siete personas”, contó en Intrusos.
Consultado sobre las características de los delincuentes que le robaron a Pampita, el abogado explicó: “Si los ves, te provoca escalofríos la impunidad con la que se manejaron (…) Para trasladar lo que trasladaron esos pibes tienen que ser profesionales del ‘escruche’. Profesionales de… Es una pequeña organización, evidentemente. Estos son chorros en serio”.
Mientras tanto, Pampita atravesaba horas de angustia, esperando noticias de los teléfonos donde guardaba lo más valioso para ella. El giro inesperado llegó poco después: esos dispositivos aparecieron y volvieron a sus manos. Emocionada y con lágrimas en sus ojos, la famosa reveló recuperar esos recuerdos de su hija: “Confirmar que tengo en mi poder los teléfonos. Estoy emocionada. Todos los que perdimos un familiar sabemos lo que es ver un video”.
Pampita también detalló por qué estos teléfonos y su contenido eran tan irremplazables. “Eran teléfonos muy viejos. No hubo manera de recuperarlos desde la nube porque me habían hackeado al mail, era imposible entrar. Sacaba foto a la pantalla con el celular cuando quería subir algo”, relató con la emoción a flor de piel.
El robo puso en jaque la seguridad de una de las figuras más reconocidas del país, pero también expuso un costado profundamente humano: el valor incalculable de los recuerdos de un ser querido. Para Pampita, recuperar esos teléfonos significó mucho más que cerrar un capítulo policial: fue recuperar una parte de su historia y de su hija.