Un grupo de 80 monjas benedictinas del convento de Mount St. Scholastica, en Kansas, se ha convertido en uno de los inversionistas activistas más persistentes en el ámbito corporativo estadounidense.
A pesar de ser una comunidad pequeña, las monjas han impulsado a grandes empresas como Google, Target y Citigroup a reconsiderar sus políticas, abogando por causas como los derechos humanos, la supervisión de la inteligencia artificial y el respeto por los pueblos indígenas. A través de sus inversiones y resoluciones como accionistas, han logrado impactar en empresas como Chevron, Amazon y Netflix, exigiendo que mejoren sus prácticas corporativas.
Desde los años 90, las monjas comenzaron a invertir de manera responsable, buscando que su dinero no solo generara ganancias, sino que también apoyara valores en línea con sus creencias religiosas. A lo largo de los años, sus resoluciones han recibido más apoyo, aunque rara vez se aprueban de manera formal.