Abel Pintos suele mostrar una imagen serena, romántica y espiritual, pero en los últimos días sorprendió con una confesión totalmente inesperada. En su paso por un programa de TV, el cantante se animó a abrir su corazón y hablar de lo más doloroso que vivió con su esposa, Mora Calabrese, madre de sus tres hijos y compañera de vida desde hace más de seis años.
“Yo fui el tóxico”, lanzó sin rodeos, dejando en claro que no todo fue siempre color de rosa en su matrimonio. Y aunque hoy se muestran más enamorados que nunca, Abel decidió hacer un mea culpa y repasar aquel tiempo en el que no estuvo a la altura emocional de la relación. La historia comenzó cuando se conocieron en un recital, en el interior del país, cuando él estaba de gira y Mora, lejos de ser una fan, apenas lo conocía.
“Me llamó la atención que no era como el resto. No era de ir a recitales, no me seguía por todos lados. Pero hubo algo en ella que me cambió, me movilizó”, contó. Sin embargo, en ese momento, no podían estar juntos: ella estaba casada, por lo que él se corrió y guardó silencio.
Dos años después, retomaron el contacto y comenzaron una relación con muchas idas y vueltas. “Yo estaba barriletísimo”, reconoció, usando un término bien argentino para describir su inmadurez. La sinceridad con la que se expresó sorprendió a todos. “Le hice daño, fui muy tóxico. El tóxico era yo”, reiteró.
Pese a esos errores, Mora decidió apostar por él. “Le dije que quería una vida con ella. Me respondió: ‘Yo siempre estuve acá’. Y eso me partió en mil pedazos”, recordó emocionado. Hoy celebran seis años juntos, tienen tres hijos y llevan una vida familiar tranquila, lejos del ruido mediático.
Abel también compartió cómo fue el momento en que decidió pedirle casamiento. “Una mañana me desperté y supe que no quería pasar un solo día más sin proponerle matrimonio. Salí, compré una alianza y cuando volví a casa se lo propuse”, relató. Mora aceptó sin dudar, y desde entonces construyen un vínculo basado en el amor y el aprendizaje.
El artista, que suele emocionar con sus canciones, también conmueve con su historia real. Su relato deja en evidencia que el amor no es perfecto, pero puede sanar incluso los peores errores. Su experiencia recuerda a otros casos mediáticos, como el de Ricky Martin, quien también habló del trabajo emocional que implican las relaciones duraderas.
Con su confesión, Abel Pintos deja un mensaje claro: reconocer los errores, pedir perdón y comprometerse de verdad puede cambiar el destino de cualquier historia de amor.