El partido entre Banfield y Boca de este viernes tendrá un condimento especial: la tensión en torno al arbitraje. El juez designado, Pablo Dóvalo, llega al encuentro tras decisiones controvertidas en las últimas fechas, y tanto el Taladro como el Xeneize han expresado su malestar con el desempeño arbitral en lo que va del torneo.
El primero en manifestar su bronca fue el club de la Ribera: luego de perder 2-0 ante Racing, Raúl Cascini, integrante del Consejo de Fútbol (CdF), apuntó con dureza contra los fallos en Avellaneda.
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Raúl Cascini al borde del llanto.
“Cada vez que venimos a esta cancha, nos roban”, sostuvo. La jugada más discutida fue un gol de Luciano Vietto precedido por un lateral sacado en una posición adelantada de Gastón Martirena. Además, reclamaron la no expulsión del mismo lateral tras una fuerte entrada a Marcelo Saracchi.
Desde la AFA no tardaron en responder: Pablo Toviggino, tesorero del organismo y hombre de confianza de Claudio “Chiqui” Tapia, le envió un mensaje irónico a Cascini en redes sociales, lo que avivó la polémica, mandándolo al psicólogo.
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Banfield, por su parte, también viene de una seguidilla de fallos en contra: la dirigencia estalló tras la derrota ante Estudiantes de La Plata, donde un penal sancionado por mano de Alexis Maldonado desató la ira del presidente Matías Mariotto.
Además, el club ya había sufrido varias decisiones adversas en el torneo, incluyendo un gol en offside de Barracas Central y un penal en contra frente a Defensa y Justicia, ambos validados por el VAR.
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Si bien Mariotto intentó calmar la situación en las últimas horas con un mensaje conciliador, la presión sobre los árbitros estará presente en el Florencio Sola. Tanto Dóvalo como sus asistentes y el equipo de VAR liderado por Silvio Trucco tendrán la tarea de dirigir sin errores para evitar un nuevo escándalo en el fútbol argentino.
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