La empresa Marengo, de la ciudad santafesina de Rafaela, comunicó a unos 60 trabajadores que les aplicará una “suspensión sin goce de suelldos del 14 al 27 de julio”, dos semanas completas, amparándose en una situación “de fuerza mayor y falta de trabajo no imputable al empleador”. Concretamente, vuelca sobre las espaldas de los trabajadores la crisis provocada por la caída en las ventas y una pérdida de mercaderías, aparentemente sin compensación, ocurrida tras un temporal.
Lo curioso es que esta empresa del rubro alimenticio había pretendido aprovechar comercialmente la frase con la que Javier Milei resumía su política de ajuste brutal, “No hay plata”, tomándola como denominación para el relanzamiento de sus caramelos surtidos, ofrecidos en bolsas de 400 gramos. La curiosa forma de intentar sacar ventaja del enunciado de una política que dejó sin trabajo a decenas de miles de trabajadores privados y estatales, no tuvo el resultado esperado.
El sindicato de la alimentación de Santa Fe calificó como “un escándalo” la forma en que operó la empresa, enviando las comunicaciones por WhatsApp y sin el debido sustento legal, pese a que desde el área legal de la firma se informó que están reuniendo la documentación para iniciar un Procedimiento Preventivo de Crisis ante el Ministerio de Trabajo.
Dicho procedimiento no sólo busca avalar las suspensiones sin pago de salarios, sino que suele ser la justificación anticipada de futuros despidos o suspensiones más prolongadas. El sindicato espera que en la audiencia prevista para este martes en el Ministerio de Trabajo se logre reveritr la decisión empresaria, a la que calificaron de “arbitraria e injustificada”.