Durante la noche del sábado, en la previa al duelo frente a Independiente Rivadavia en Mendoza (este domingo a las 20.30), un pasacalles fue colgado en las afueras del hotel donde concentraba el plantel del Xeneize. La frase, escrita con una notoria omisión, rezaba: “La camiseta Boca se tiene que transpirar”. Faltó el “de”, pero el sentido estaba claro.
El mensaje corresponde a la parte más suave de una reconocida canción de La Doce, que en su versión completa continúa de manera más dura: “Y si no, no se la pongan, ¡váyanse, no roben más!”. La bandera no llevaba firma, por lo que no se pudo determinar de qué sector surgió la iniciativa. Sin embargo, no estuvo sola. A pocos metros apareció otro pasacalles con un texto más directo, sin relación con cantos de la tribuna: “Están en Boca, respeten la camiseta y a su gente”.
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El gesto de la gente no sorprende: Boca acumula doce partidos sin triunfos, la peor racha de su historia. La última victoria data del 2-0 frente a Estudiantes, cuando Fernando Gago todavía era el entrenador. Desde entonces, entre el interinato de Mariano Herrón y el inicio del tercer ciclo de Miguel Ángel Russo, el equipo sumó apenas cinco empates y tres derrotas. Esa sequía se refleja también en la tabla: el Xeneize marcha penúltimo en la Zona A del Torneo Clausura, con solo tres puntos.
Partido bisagra en Mendoza
El encuentro frente a Independiente Rivadavia se presenta como una oportunidad clave para cambiar el rumbo. Más allá del flojo presente en el campeonato, una victoria permitiría a Boca volver a entrar en zona de clasificación a la Copa Libertadores a través de la tabla anual.
La fecha pasada, Argentinos Juniors lo había desplazado del tercer lugar y lo había dejado afuera del próximo torneo internacional, al que Boca no accede desde hace dos años. Sin embargo, con la derrota del Bicho frente a Huracán, los de Russo dependen de sí mismos: con un triunfo en Mendoza, volverán a superar al conjunto de La Paternal y se acomodarán en la pelea a falta de once jornadas.
Las dos vías que tiene el club para volver al máximo certamen continental son claras: ganar el Clausura o entrar por la tabla anual. En ese contexto, el partido de esta noche no es uno más: puede marcar un punto de inflexión.