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Santa Fe
16 julio, 2025

El dato que muestra por qué el Gobierno no tiene apuro en actualizar la medición de inflación

Los datos desagregados de inflación explican por qué el Gobierno no tiene apuro y sigue postergando la actualización de la medición del Índice de Precios del INDEC, que debería haberse implementado por los menos hace dos años.

La explicación es la siguiente: la inflación de junio fue del 1,6%, desglosado en apenas una suba del 0,8% en los precios de los bienes y 3,2% en los servicios, como luz, gas, agua, prepagas, transporte o gastos financieros.

La medición general interanual acumula un 39,4%, con una suba de 63,6% en servicios, más del doble que el 30,1% que aumentaron los bienes.

Estos porcentajes fueron calculados por el INDEC sobre la base de la estructura de gastos de las personas y familias de 2004/05 y una base de precios de 2016. En cambio, si se tomara la estructura de gastos de 2017/18 y una base de precios de 2023, que el INDEC relevó, pero que no implementó por “decisión institucional” (Ministerio de Economia), la inflación debería ser superior. Y eso se debe a que en las ponderaciones de la Encuesta del Gasto de los Hogares (ENGHO) de 2017/2018 los servicios tienen un peso mayor.

Así, la falta de actualización del IPC lleva a que la medición de inflación no refleje la incidencia real que tiene actualmente en los gastos de las personas y de las familias. Y lleva a conclusiones muy diferentes con relación a un sinnúmero de variables económicas y sociales, como la evolución del poder de compra de las personas y de las familias.

Estas fuertes diferencias entre lo que habría pasado entre uno y otro índice pueden explicar, en parte, por qué las familias “sienten” que el poder de compra sigue deprimido y las ventas vinculadas al consumo privado no remontan. Esto pasa porque, después del pago de los servicios, el ingreso disponible para la compra de alimentos o vestimenta se fue achicando, por encima de la caída real de los salarios y de las jubilaciones, especial las de haberes mínimos.

El INDEC no mide mal, pero está atrasado

En síntesis: no es que el INDEC mide mal la inflación, sino que lo hace sobre estructuras de consumo atrasadas, muy modificadas por los cambios tecnológicos (por ejemplo, celular versus telefonía fija) y por los cambios en los precios relativos. Y es sabido que el INDEC tiene listo la implementación del nuevo Índice desde 2023.

Por ejemplo, el IPC de junio en la Ciudad de Buenos Aires fue del 2,1% y 44,5% interanual. Esas cifras se basaron en el relevamiento de la ENGHO 2017/2018 con una base de precios de 2021.

También la Dirección de Estadística de Neuquén informó que la medición de junio fue del 2,1% y un alza interanual del 49,8%.

Ese organismo explica que su medición de inflación se calcula “como un promedio ponderado de las variaciones porcentuales de los precios de una canasta definida sobre la base de la Encuesta Nacional del Gasto de Hogares-ENGHo 2017/2018”, con una base de precios de 2022. “Estas ponderaciones reflejan la participación relativa de los bienes y servicios en el consumo de los hogares neuquinos”.

NE

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