En julio de 2025, el empleo industrial en Argentina mostró una fuerte caída, en tanto las empresas redujeron personal frente al retroceso de la demanda y la menor producción, según el informe de Indicadores Industriales y Expectativas elaborado por el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA).
El relevamiento, que abarca la situación de las compañías del sector, refleja que cada vez más firmas se ven obligadas a aplicar recortes de empleo y a ajustar turnos para enfrentar la crisis.
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El estudio reveló que la proporción de compañías con caída en el nivel de empleo alcanzó su punto más alto en la serie histórica: el 19,4% de las empresas redujo personal, un número similar al de abril de 2024.
Por primera vez en los últimos cuatro relevamientos, la reducción de planteles superó a la disminución de turnos, lo que indica que las firmas ya no solo ajustan horas de trabajo, sino que avanzan directamente en despidos.
En cuanto a la producción industrial, el 36,3% de las compañías informó una baja respecto al segundo trimestre, mientras que solo el 21,8% registró mejoras.
Las ventas también mostraron un saldo negativo: el 43,5% de las firmas declaró caídas, frente a un 18,6% que logró aumentarlas.
En el frente externo, las exportaciones retrocedieron en el 30,5% de las empresas, aunque la brecha respecto a las que reportaron alzas (16,6%) se achicó frente a mediciones anteriores.
El empleo volvió a ser uno de los puntos más críticos: el 24,4% de las empresas redujo su dotación, marcando un crecimiento de 7,1 puntos porcentuales en comparación a julio del 2024.
Del 19,4% que aplicó despidos, otro 18,9% optó por recortar turnos. Estos indicadores marcan un escenario de ajuste laboral generalizado, con señales claras de debilidad en la generación de puestos de trabajo.
Crecen las dificultades financieras en la industria
Entre las principales preocupaciones de las compañías se ubicó la caída de la demanda interna (40,1%), en particular la vinculada con otras industrias (22,5%) y los hogares (17,6%).
El aumento de costos apareció en segundo lugar (21,4%), con el costo laboral como principal factor, seguido por las dificultades para competir con importaciones (19%), que presionan sobre la rentabilidad de las firmas.
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Las expectativas empresariales también retrocedieron: el optimismo sobre la situación individual bajó del 57,8% al 48,6%; sobre el sector industrial cayó del 52,2% al 46,4%; y la visión positiva sobre la economía nacional se redujo del 64,3% al 53,1%.
A esto se suman las complicaciones de financiamiento, ya que el 39,6% de las compañías solicitó crédito en julio, pero el 42,8% no accedió al monto buscado, especialmente en el caso de las pymes.
Finalmente, el 44,1% de las empresas señaló problemas para cumplir con pagos básicos como salarios, proveedores, impuestos o servicios públicos, el mayor porcentaje de los últimos cuatro relevamientos.
Con este panorama, desde el Centro de Estudios señalaron que crece la proporción de compañías que perciben un deterioro respecto del año pasado y que moderan sus expectativas para 2026.
GZ / lr