La filosofía detrás de esta reestructuración tiene una inspiración: la política de desregulación del presidente argentino, Javier Milei. Musk ha defendido su decisión con una frase que resuena en ambos países: “Al que no le gusta, afuera”
Elon Musk vuelve a estar en el centro de la polémica tras anunciar el despido de 6000 empleados y exigir a los trabajadores restantes jornadas de hasta 120 horas semanales.
La medida, implementada en el marco de su plan de «eficiencia» dentro del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), ha generado caos en los controles sanitarios, afectando el comercio y la seguridad alimentaria.
La filosofía detrás de esta reestructuración tiene una inspiración: la política de desregulación del presidente argentino, Javier Milei. Musk ha defendido su decisión con una frase que resuena en ambos países: «Al que no le gusta, afuera».
En un mensaje en X, justificó su postura afirmando: «DOGE trabaja 120 horas semanales. Nuestros oponentes burocráticos, optimistas, trabajan 40 horas semanales. Por eso están perdiendo tan rápido».
Despidos y fallos administrativos: un sistema en crisis
Desde la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Musk, múltiples decisiones han provocado consecuencias imprevistas.
Entre ellas, la filtración accidental de información clasificada, el despido y posterior recontratación de expertos en seguridad nuclear y un error contable que infló los ahorros gubernamentales en casi 8000 millones de dólares.
Ahora, los despidos masivos en el USDA han dejado expuesto al sistema de inspecciones sanitarias. El recorte afectó directamente a inspectores, biólogos y entrenadores de perros detectores, encargados de frenar la entrada de plagas como el caracol gigante africano y el escarabajo asiático de cuernos largos.
Según Derek Copeland, ex entrenador del National Dog Detection Training Center, la falta de estos equipos de control podría generar un impacto irreversible en la producción agrícola y el equilibrio ecológico.
Puertos colapsados, precios en alza y comercio paralizado
La reducción del personal ha provocado un colapso en los principales puertos comerciales de Estados Unidos. En ciudades clave como Los Ángeles y Miami, la falta de inspectores de la Unidad de Protección y Cuarentena Vegetal ha retrasado las revisiones de mercadería, causando la acumulación de contenedores y el encarecimiento de productos básicos.
Mike Lahar, gerente de asuntos regulatorios en Deringer, advirtió que la disminución del control fronterizo puede derivar en la entrada de plagas capaces de destruir cosechas enteras, afectando a agricultores y consumidores.
Además, la falta de inspecciones ha generado pérdidas millonarias en productos perecederos, lo que a su vez incrementa los costos en toda la cadena de suministro.
Una política extrema con impacto internacional
El modelo de gestión que impulsa Musk con DOGE ha sido comparado con las reformas implementadas por Javier Milei en Argentina. Ambos líderes han promovido la eliminación de estructuras estatales y la flexibilización de normas con el argumento de aumentar la eficiencia.
Algunas sentencias han ordenado la reincorporación de empleados despedidos, aunque la Casa Blanca calificó estas decisiones como «absurdas e inconstitucionales».
El futuro de la seguridad alimentaria en riesgo
El USDA anunció una pausa de 45 días en los despidos para evaluar el impacto de la crisis, aunque no se ha garantizado la reincorporación de los trabajadores afectados.
En tanto, expertos advierten que, si la situación persiste, el país podría enfrentar una crisis similar a la generada por la pandemia, con escasez de productos y un alza sostenida en la inflación alimentaria. Si bien las grandes ciudades podrían absorber mejor el impacto, los sectores rurales y los pequeños productores serían los más perjudicados.