El Tren Maya: un gasto descontrolado con impacto ambiental y social
El Tren Maya comenzó como un proyecto estrella, pero terminó convertido en un barril sin fondo.
Su costo inicial era de 197 mil millones de pesos, pero al final del sexenio se disparó hasta 544 mil millones de pesos, un incremento del 176%.
| La Derecha Diario
Este megaproyecto no solo arrasó con ecosistemas y comunidades, sino que además superó por mucho su presupuesto original, dejando dudas sobre la transparencia y viabilidad del gasto.
A pesar del derroche, la operación del tren sigue presentando fallas y su impacto económico está lejos de justificar la inversión.
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El AIFA: un aeropuerto sin vuelos y con un costo mayor al proyectado
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) se vendió como una opción más barata, pero la realidad es otra.
Su construcción costó 89 mil millones de pesos, aparentemente menos de lo previsto, pero el verdadero costo oculto vino con la cancelación del aeropuerto de Texcoco.
El gasto por cancelar Texcoco ascendió a 146 mil millones de pesos, lo que elevó el costo total del AIFA a 253.3 mil millones de pesos.
En lugar de ahorrar, el gobierno terminó pagando 145% más, sin lograr que el AIFA sea un éxito.
Los vuelos siguen muy por debajo de lo esperado, y las aerolíneas siguen prefiriendo el AICM, dejando al AIFA como un elefante blanco.
Dos Bocas: la refinería que costó casi el doble y sigue sin operar al 100%
La refinería de Dos Bocas es otro ejemplo del despilfarro del sexenio pasado.
Su presupuesto original era de 211 mil millones de pesos, pero terminó costando 398 mil millones, casi el doble.
A pesar de la enorme inversión, la refinería no opera al 100% y sigue sin producir la gasolina prometida.
El gobierno justificó el proyecto diciendo que garantizaría la soberanía energética, pero lo único seguro es el gigantesco gasto público que dejó a su paso.
El costo de la mala administración: miles de millones que pudieron usarse en sectores clave
El sobrecosto total de 673 mil millones de pesos equivale a 336 veces el presupuesto en ciencia y tecnología durante todo el sexenio.
También representa 8.7 veces el presupuesto de inversión del sector agropecuario, evidenciando las prioridades equivocadas del gobierno.
Mientras se destinaban cifras astronómicas a proyectos con dudosa rentabilidad, sectores como la salud, la educación y la seguridad sufrían recortes o quedaban estancados.
La promesa de “austeridad republicana” terminó siendo un mito, pues los gastos se multiplicaron sin control ni transparencia.
El legado de AMLO: megaproyectos inflados y sin resultados claros
Las tres grandes obras del sexenio pasado comparten un patrón:
- Costos fuera de control.
- Resultados mediocres o incompletos.
- Falta de transparencia en los recursos utilizados.
Lejos de ser una transformación, el gobierno de López Obrador dejó una herencia de gastos desmedidos con pocos beneficios para la ciudadanía.
Los números no mienten: la “austeridad” solo existió en el discurso, mientras en la realidad se dilapidaron miles de millones sin que nadie rinda cuentas.