POLÍTICA
Protestas juveniles exhiben el vacío del programa estrella de la 4T
El programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, una de las banderas más visibles del gobierno de la autodenominada 4T, ha vuelto al centro del debate público. A pesar de recibir miles de millones de pesos desde su creación, los resultados tangibles siguen siendo escasos. El número de beneficiarios que realmente han encontrado una oportunidad laboral estable tras su participación es alarmantemente bajo.
Desde su implementación en 2019, el programa ha consumido más de 100 mil millones de pesos del erario, con más de 2.6 millones de jóvenes inscritos durante el sexenio de AMLO. Sin embargo, estudios y reportes del propio Coneval advierten que menos del 30% de los participantes logran insertarse en el mercado laboral formal. En muchos casos, las “empresas tutoras” son pequeños comercios o incluso organizaciones inexistentes que sirven como fachada para el cobro de los apoyos.
Protestas juveniles exhiben el fracaso de la estrategia
Paradójicamente, los mismos jóvenes que se suponía serían beneficiarios del programa han salido a las calles para manifestarse contra la gentrificación, la precarización laboral y la falta de oportunidades reales. Las marchas en Ciudad de México evidencian una desconexión entre la propaganda oficial y la dura realidad que enfrentan millones de mexicanos.
Claudia Sheinbaum ha anunciado su intención de aumentar el gasto social en estos programas el próximo año. Su gobierno seguirá el modelo socialista que tan buenos resultados ha dado al régimen en términos electorales, pero que deja muchas dudas sobre su efectividad como política pública.
Simulación, propaganda y gasto sin resultados
A pesar del presupuesto, no existen mecanismos rigurosos de evaluación ni un seguimiento efectivo para garantizar que los jóvenes obtengan empleos formales. Múltiples denuncias documentan irregularidades, duplicidades en los registros y empresas fantasmas. Hasta ahora, ninguna autoridad ha hecho una revisión seria.
Este patrón ya es conocido en la 4T: programas costosos, de alto impacto mediático y con fines electorales disfrazados de justicia social. “Jóvenes Construyendo el Futuro” parece más un programa de lealtad política que una apuesta real por el desarrollo e independencia económica de la juventud mexicana.
Mientras Morena insiste en ampliar el presupuesto para programas asistencialistas, sigue sin transformar estas transferencias temporales en oportunidades reales y sostenibles para las nuevas generaciones.
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