Por Candela Ramírez
Desde el 23 de julio, el Instituto Oceanográfico Schmidt transmite en directo desde su cuenta en Youtube (Schmidt Ocean) las inmersiones que hace en el mar argentino con un equipo que incluye a más de 30 científicos argentinos. Si bien esta fundación realiza transmisiones en vivo desde hace doce años y de este tipo —con esta calidad de imagen y en altas profundidades— desde hace unos cinco años, las transmisiones argentinas de los últimos 18 días son las más vistas en su plataforma. De hecho, son las únicas que superaron el millón de visualizaciones. El fenómeno sorprende tanto a los científicos a bordo del buque como a los integrantes del instituto, con sede en Palo Alto, Estados Unidos.
En esta nota de El Ciudadano repasamos los principales datos acerca de esta expedición sin precedentes en el país. A fines de junio, el buque Falkor (too) navega a unos 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata y explora una zona conocida como el Cañón Submarino Mar del Plata. El nombre oficial de la expedición es “Underwater Oases of Mar Del Plata Canyon: Talud Continental IV” y una de las condiciones para sus proyectos es que puedan transmitirse en vivo.
La expedición tiene por objetivo llegar hasta los 3900 metros de profundidad. Entre 2012 y 2013 hubo expediciones de este tipo en la misma zona, pero con otra tecnología: se realizó mediante el sistema de lances, es decir, se arrojaban redes al fondo del mar, por lo que los científicos no podían observar de manera directa, sólo se tomaban muestras y en condiciones bien distintas a las actuales.
Por eso, todos los actores involucrados en la expedición coinciden en señalar que esta navegación marca un hito para la ciencia argentina: es la primera vez que se utiliza un vehículo de este tipo en las aguas argentinas. (ROV) SuBastian se opera de forma remota desde el buque y es “capaz de capturar imágenes submarinas en ultra alta definición y recolectar muestras sin alterar el entorno”.
Tal como detalla la web oficial del Conicet, “la misión cuenta con apoyo del Consejo, financiamiento internacional, y representa un salto tecnológico y científico sin precedentes”. Además el mismo sitio recuerda las “expediciones Talud Continental I, II y III, realizadas a bordo del Buque Oceanográfico Puerto Deseado del Conicet, que permitieron describir decenas de nuevas especies y revelaron una diversidad inesperada en corales de aguas frías, moluscos, equinodermos, ascidias, crustáceos, peces de profundidad y sus parásitos”.
El salto tecnológico actual ilusiona por el aumento de posibilidades de encontrar y recolectar aún más información. La zona investigada tiene la particularidad de ser el límite entre dos corrientes: la de Brasil (cálida) y la de las Islas Malvinas (fría).
La mayor parte de la Tierra está comprendida por océanos, al menos el setenta por ciento. Se trata del único planeta, conocido hasta ahora, que tiene agua en estado líquido. La revista especializada National Geographic indica que nuestro planeta “contiene cerca de 1,350 millones de kilómetros cúbicos de agua (324 millones de millas cúbicas). Representa el 97 por ciento de toda el agua de la Tierra”.
El fondo marino es uno de los espacios más difíciles de estudiar por la enorme presión, la falta de oxígeno y de herramientas eficaces para explorar. Los científicos lo intentan desde hace cien años, las primeras expediciones fueron en 1920 a través de ecosondas. Pero el Folker (too) y su submarino remoto no tripulado permite un acceso sin precedentes y captura imágenes en resolución 4K.
Hasta ahora se estima que las zonas más profundas del océano podrían superar los trece mil metros y un artículo de NatGeo calculó que “más del 80% del océano permanece sin cartografiar ni explorar”.
Argentina tiene 4.725 kilómetros de litoral marítimo y esta zona en particular, por las condiciones a la que está expuesta, contiene una alta biodiversidad. Los científicos a bordo esperaban encontrarla pero se sorprendieron porque, incluso, encontraron mucho más de lo que calcularon.
Crustáceos, corales, pulpos, calamares, mantas, rayas, peces, entre otros cientos de especies son descubiertos en su hábitat natural y generan fascinación tanto en los investigadores que transmiten en vivo su entusiasmo y la contagian a los miles de usuarios que constituyen su audiencia.
El Instituto Oceanográfico Schmidt fue fundado en 2009 por Eric Schmidt y su mujer, Wendy. Él fue Ceo de Google y también fue directivo de Alphabet Inc. En su sitio oficial se presentan como una fundación “sin fines de lucro” aunque cuentan con fondos multimillonarios que les permiten adquirir tecnología de última generación. La misma, detallan, fue “creada para promover la investigación, el descubrimiento y el conocimiento oceanográficos y catalizar el intercambio de información sobre los océanos”.
El instituto ya hizo este tipo de trabajos en aguas del Reino Unido, Costa Rica, Australia, Filipinas, Estados Unidos, Indonesia, México, entre otros países. Las expediciones continuarán este año, primero, en aguas de Uruguay y desde octubre vuelven al territorio argentino: a la altura de Viedma, en Río Negro, y de Rawson, en Chubut.
A diferencia de otras fundaciones de este tipo, no otorgan becas ni subsidios sino directamente la tecnología necesaria para la misión.
La actual expedición cuenta con el apoyo y personal calificado del Conicet, tiene el respaldo del Consejo Federal Pesquero y de Cancillería. El pedido formal para navegar estas aguas fue hecho a esta última desde la embajada de Estados Unidos.
En este sentido, a muchos interiorizados en el tema encendió ciertas alarmas vinculadas a la protección de la soberanía argentina: la pregunta es quiénes más tienen acceso de primera mano a estos datos sobre nuestra superficie y qué podrían hacer con ellos.
En esta nota publicada en QueDigital, un medio cooperativo de Mar del Plata, y replicada en El Ciudadano se ahonda en este asunto y las inquietudes que despierta.
Sin embargo, en diálogo con este medio, el investigador rosarino Manuel Irigoitia, biólogo marino residente en Mar del Plata, explicó que Argentina no cuenta con esta tecnología, por lo que constituye una oportunidad; y, además, los científicos están habituados a presentarse a este tipo de convocatorias para poder continuar y profundizar sus investigaciones.
También es cierto que la misión se da en un contexto de feroz desfinanciamiento al aparato científico y tecnológico del país, desde que asumió Javier Milei en diciembre de 2023 no hubo más ingresos a planta del Conicet y, otra vez, se vive una fuga de cerebros.
El proyecto Pampa Azul, mediante el cual se hicieron las primeras expediciones, estaba bajo la dirección del Estado y el mismo está frenado y desfinanciado con esta gestión nacional.
El buque Falkor (too) fue construido en 2011 pero recién en 2023 tomó la forma que tiene actualmente y se convirtió en una suerte de laboratorio ambulante: tiene 110 metros de largo, ocho laboratorios, sistemas de ecosondas, grúas y excelente conexión satelital. Puede alojar a 44 personas a bordo.